martes, 26 de mayo de 2015

Pequeños Milagros

Si me quedo parada en detenerme a ver lo positivo realmente veo la cantidad de pequeños milagros que suceden. Por pequeños que sean siguen siendo mágicos y grandiosos. Pensar en algo simple, desearlo y que de repente suceda que pasa, se resuelve, se acomoda. Se va eso que molesta, se resuelve eso que inquietaba. Le sonrió a cada milagro.
Le sonrió a la amiga que me cubre en donde no puedo estar.
Le sonrió a la secretaria del centro de fertilidad que me da buenas noticias.
Le sonrió al perro que elige la casa.
Le sonrió con emoción a cada milagro.

Se que necesito varios milagros y sobretodo un milagro un poco más grande para lograr mi embarazo, pero lo voy a pensar y desear tanto que de repente...


Las vueltas de la ley de fertilidad

No soy experta en el tema de Ley de Fertilidad (en Argentina) pero el año pasado invertí horas, días, semanas y hasta meses leyendo acerca de la ley de fertilidad. Me metí en foros, llame a abogados, escribí a lugares. Y hable con personas en mi misma situación. Leí debates que me aturdieron y confundieron y conseguí otros que me aclararon. La web de centro de defensa al consumidor fue el clasificador, tenía un post con todo super claro, les escribí y me asesoraron muy bien. También hay una abogada muy piola que te responde todas las consultas y ella misma esta gestionando su cobetura y muchas veces me dio información valiosa. Así me empecé a dar cuenta que hay tanta gente en este camino, te alivia, porque a veces te sentís muy solo.
El año pasado cuando supe de mi falla ovárica y comprendí mi historia clínica (más de 35 años, endometriosis, primeriza, quistes, operaciones, hormonas horribles) igual no podía aceptar del todo necesitar tratamientos y justo mudada a un lugar alejado de los lugares posibles de atenderme estuve estancada. Fue un largo camino bastante torturante y sobretodo triste. Me deprimi un rato porque como si fuera poco no teníamos el dinero para costear los gastos de estos tratamientos. Ahí me puse a estudiar lo de la Ley. Las Obras Sociales y Prepagas de Salud están según la ley obligadas a cubrir el 100% de los costos del tratamiento, eso incluye la medicación y la práctica médica. Pero pareciera que es sumamente confuso y amplio y esto permite que cada uno haga lo que quiera. Mi Prepaga, que es una de las más caras, por ejemplo, hace lo que quiere. 
El año pasado les presente todo para comenzar el tratamiento en alta complejidad y ellos me proponían que afilie a mi pareja para así poder cubrirme el 100% del tratamiento en los centros de fertilidad que ellos trabajan (que son realmente muy pocos y muy poco recomendables según opiniones, yo no  los conocía). Mientras que de la medicación solo el 40%. Me informaron esto por teléfono. Ahí supe del ente nacional que los regula. Llevo 9 meses (vaya cifra NUEVE MESES) haciendo cartas y llamados el expediente del caso sigue abierto allí. La Superintendencia de Servicios de Salud dice que mi Prepaga tiene que cubrirme todo al 100% y que nada tiene que ver mi pareja en esto porque la Ley me ampara a mi. Pero son ellos los que tienen que intervenir, y mi expediente pasea de un lado al otro en sus miles de burocracias, y así pasan los meses, sin novedades. 

En paralelo sucedieron otras cosas, pase por consultas a diferentes profesionales, conseguí el dinero prestado, e hicimos una inseminación de manera privada con el Dr P. Él mismo luego de una única inseminación me derivo a uno de los centros en los cuales trabaja mi Prepaga. Para entonces yo conseguía prestado el dinero para pagarle de forma privada, pero resulta que el sistema de fertilidad esta tan como esta que ni él tiene acceso a alta complejidad sin derivarme a uno de estos centros. Ahora estoy casi en cero, haciendo todos los tramites nuevamente con el Dr. Moño en un centro de fertilidad con el cuál si trabaja y puede cubrirme mi prepaga y derivada por Dr. P. Pero aún no llega el momento de volver a presentar nada para que autoricen el tratamiento. Falta poco. 

lunes, 25 de mayo de 2015

El vaso de agua y el vaso medio lleno

Metáfora del vaso de agua
Me sigo sintiendo con los ánimos sube y baja. Tengo una tendencia a mezclar los problemas reales con los que no lo son, y pintarlos con emociones, sentimientos, confusiones y cargarlos en medio de eso con otro tanto de cosas, y así evito hacer lo que tengo que hacer y termino inmersa en la ansiedad, la presión, la frustración y todo se siente aún más fuerte. En medio de eso, Sattva aparece otra vez con su brutal honestidad pragmática y me lo hace notar. Acepto y no me enojo porque realmente quiero cambiar este modus operandum. Es que pasan cosas buenas, pequeñas, grandes, inmensas, lo que sea pero me las pierdo de habitar porque suelo pegarme a lo negativo, y no suelto el vaso de agua. Creo que me esta faltando yoga y meditar, es ese espacio en el cual me conecto con lo positivo con más facilidad. Así que sigo bloqueada con un dilema laboral y conmigo misma, pero voy a cerrar mi día concentrada en el manojo de las cosas positivas que ejercito recordar de la última semana que pase por alto.

El vaso medio lleno
- Me escribió dos mails Dr. P. Super amable y atento preguntando por las novedades y como iba el tratamiento y mi salud. Brindando su apoyo y otro montón de recomendaciones en relación al nuevo médico (Dr. Moño) que me esta atendiendo. (Bueno, tengo un historial de anécdotas y médicos que alguna vez terminare de ordenar).

- Dr. Moño me responde mails en solo minutos, concreto, práctico, puntual, expeditivo, al grano. Casi perfecto lo que necesita alguien tan disperso y enroscado como yo.

- Luego de que me cancelen turnos en tres lugares distintos para tres cuestiones distintas y deprimirme. Finalmente se acomodo y luego de una mañana de llamados y mails conseguí nuevamente turnos nuevos para hacerlos a tiempo.

- Me visito inesperadamente una amiga que no veía hace años, vino de turismo acá en mi nueva ciudad a 400km de mi ex ciudad. Me presento a su pareja y a su hijito de menos de un año. El niño más buen humorado y piola que conocí. No pude decirle ni una palabra de mi búsqueda de embarazo, pero verla madre me lleno de ilusión.

- Cerré la primer materia que dicté en la universidad como profesora. Y la entrega de los alumnos de fotografía fue todo un éxito, hermoso! Y esta semana comienzo mi nueva materia, Audiovisual con nuevos alumnos de otro curso más avanzado.

- Sattva se pasa de ayudarme y cuidarme. Desde retarme con lo necesario, hasta escuchar mis vueltas. Desde té de jengibre, limón y miel para sanar mi gripe, hasta cocinar y hacer compras al regresar del trabajo. Desde llevarme, buscarme y traerme para suplir la falta de coche, hasta hacerme reír como sea. Mucho amor.

- Un perro apareció en casa. Tiene collar y dueño pero es de esos que anda vagueando por todo el barrio, lo conocí en enero pasado caminando por la playa, pero hace días esta en la puerta de casa. Le cocinamos y esta feliz. Aunque solo quiere mimos. Es hermoso, regulo el nivel de encariñarme, pero ya nos conquisto. Le compramos curabichera, comida, y hasta le hicimos cambios de menú. Es enorme y negro, como los perros que adoro tener en casa. Las gatas le miden el tiempo desde adentro, cualquier día los hago amigos.

- El grupo de yoga esta consolidado. Se mantiene entre 5 y 7 alumnos, en esta zona estacional y mediando el otoño es todo un tesoro. Se que si tuviese disponibilidad horaria podría dar más clases. También se que para hacer ese cambio tengo que disciplinarme conmigo misma.

- Hay proyectos dando vuelta en el aire y en mails y en gente, lo anhelo, sobretodo anhelo la última oración del ítem anterior. También me falta tiempo y aprender a organizarme, y la última oración del ítem anterior. Disciplina.












miércoles, 20 de mayo de 2015

El amor vuelve a ser otro plato de comida y un té

Creo que toda la mala sangre de todos estos días termino enfermandome. Hoy me desperte con toz, pero luego fui a dar la clase de yoga y me sentí genial. Por la tarde dando las clases en la escuela fue que de repente sentí un malestar general, todo el cuerpo me pesaba y dolía, sentía mi garganta vacía sin nada de fuerza. Luego se sumo dolor de cabeza. Llegue a casa y me metí en la cama, no podía hacer ninguna otra cosa. Y ahí quedan las pilas de tareas urgentes pendientes, laborales, personales, tramites y domesticas.  
Sattva me cuida muchísimo, y eso me emociona. Tan ciega estoy que no veo su amor a diario? Como el coche no anda me lleva y me trae hace un mes en su moto a todas partes para que llegue en horario. Y desde que me sentí mal me trae frutas, comida, tés a la cama y ya me advirtió que hizo una cena bien nutritiva. Me emociona su amor como el primer día. Y me detengo a observar como es que me distraigo en ver a este hombre y su amor, como que lo olvido viendo desde mi tamiz, que gran error para modificar. 
Hace un tiempo abatida de que no hable del tema del bebé, lo senté y se lo plantee. Me miro a los ojos muy serio (Sattva suele hablar todo en chiste) y me dijo "Se toda tu historia clínica, y veo tu tristeza a diario con el tema del bebé, lo estamos buscando de todas las maneras posibles que estén al alcancé. No soy tan forro de encima estar diciendo a cada rato cuántas ganas tengo de tener un hijo con vos, para que te sientas aún peor." 
Hace un año apenas mudados a la nueva ciudad, nos fuimos a unos 150 km a la consulta con aquel médico el Dr. A, al cual nunca más volví. Era el único especialista de la zona, volví llorando las dos horas de regreso a casa y seguí toda la noche. En la primer y única consulta nos había dejado claro que mis análisis era lo peor que había visto en su vida. Y que las chances de rescatar un óvulo eran nulas. Si bien, tenía idea de que mi historia clínica era delicada, no había tenido una opinión tan severa, no había tenido enfrente a alguien que me diga que si no hacía óvulos tener o no mis ovarios era lo mismo, que podía quitarmelos y daba igual.  
Me acuerdo que aún así Sattva me alento a que comprara las tiras reactivas de ovulación, bueno, nunca me sirvieron. Sattva se enojo mucho conmigo ese día y yo con él. Yo sentía que no me entendía, el sentía que yo no quería aceptar la realidad. Y así mi llanto se prolongo, no era un llanto y nada más, era esa sensación que me serpenteó un tiempo, de no encontrar mucho sentido a la vida si no puedo traer vida. Me acuerdo el dolor que sentía a la mañana siguiente cuando tuve que ir a trabajar y mis ojos no podían estar más hinchados, deformada mi cara y mis ánimos enterrados en subsuelos. 
Sobrellevar ese día fue terrible, lo recuerdo y casi llego a sentir el peso de ese laburo absurdo y el peso de mi misma. Pero lo que más recuerdo hoy es a Sattva regresando horas más tarde a mi trabajo a traerme un plato de comida, sano, bien sano, con una sonrisa, un chiste, un beso. Tanto amor y cuidado como el que me da hoy. 









martes, 19 de mayo de 2015

El paso constante e inquebrantable del tiempo

Este sigue siendo mi "blog nuevo". Pero la realidad es que lo creé hace casi un año con una idea que no pude concretar ni sostener: Relatar mi historia clínica, mis pasos, mis sube y bajas, mis sensaciones, mis fotos y todo lo que el universo de la fertilidad con complicaciones genera. Quizás el blog podría ir para un lado o para el otro, quién sabe, eso no importaba más que a mi ansiedad que siempre se adelanta tanto que ahuyenta. Solo se trataba de un salvavidas en un momento de terrible asfixia.

Paso un año. 

Louise Hay ya me frenaría con la primer crítica a mi misma, la leía a ella en la desesperanza de mis diagnósticos de mierda. Me importaba muy poco el cliché de la auto ayuda, solo quería sentiré bien y sanarme. Y el nombre del blog la homenajea "Mi proceso Creativo es equilibrado" era la frase que correspondía en su libro para mi problema de ovarios. Podrán decir lo que quieran de Louise, la auto ayuda y sus libros, pero quién pude dudar que la maternidad y la gestación tienen que ver con un equilibrio creativo. Yo no lo dudo, menos cuando no hago más que meter mi creatividad en un cajón, un cuaderno, una hoja, en una caja. Meterla, guardarla, esconderla, cualquier cosa menos lucirla, vestirla, explorarla, librarla, vivirla. Ahí estamos, mi creatividad, mis ovarios, mi fertilidad y yo, con días buenos, y otros como hoy. Fatales, como cualquier día que la menstruación llega. Por que aunque tenga diagnostico que indica ICSI-FIV mi esperanza de sanar y quedarme embarazada naturalmente, es inquebrantable, casi tan inquebrantable como lo es el paso del tiempo.

Tengo innumerables motivos para justificar porque no logre escribir todo este tiempo, porque no pude ordenar esas ideas, puedo dar razones de que me imposibilito plasmar el caos de mi vida y de mi cabeza. Pero la cruda verdad es que tengo muchas más razones para si haberlo hecho. Últimamente estoy tan realmente ocupada que añoro mi ocio creativo, de escribir, de investigar algo, de leer, de hacer todo aquello que una y otra vez me prometo hacer y disciplinarme de hacer. Y que cuando tengo el tiempo no hago por a,b, c, d, j, z. Y que cuando no tengo tiempo lo añoro. Todo el budismo y el arte oriental que leí en mi profesorado de yoga me señalan con el dedo. El dosificar, la disciplina, el camino del medio, de un paso: no me lo aprendo. Porque se que puedo justificarme, pero la queja y la no acción no lleva a ninguna parte, ni el inconformismo. 

Aquí estoy, con una invasión de ideas como siempre, como los últimos años. Una lista que crece tupida y veloz de proyectos e ideas que solo se acumulan. No son, no existen, no viven. Esta sensación se fortalece cuando llega mi menstruación. Y lo peor es que cada días es más corto ese tiempo, se acorta el ciclo, es distinta, está tan rara, más claramente infértil...

Termino de escribir esta palabra y lloro. Lloro del paso del tiempo, del desperdicio de creatividad, lloro del horror de poner en palabras lo que siento, lo creo, lo sé pero me da el mismo horror que la primera vez que se sospecho. Porque de las ideas a la palabra, uf! hay todo un océano. Me choco con el paso del tiempo, con un año más de espera a quedar embarazada. De espera a que nazca mi hijo o mi hija. De espera a hacer todo eso que potencialmente quiero hacer y me guardo. Hoy me cruje el alma de dolorcito, como las hojas del otoño, como el palo del árbol con el viento, así me crujo, me quiebro. Porque todo me molesta, y no es la menstruación solamente, es el andar de un estudio tras otro, y de que nada funcione ni fluya ni suceda, es saber que si hubiera escrito a su tiempo cada paso se entendería porque mi paciencia ya esta agotada. Es esto de estar trabada en la presión de lo económico y lo laboral. Es lo que no resuelvo mio, lo que no se acomoda del entorno, lo que sigue estanco, infértil, sin gestar, sin nacer.