martes, 15 de julio de 2014

Tierra y la renta

Estoy en un mar de llanto. Me mandan en un word el nuevo contrato de alquiler, cuando eso sucede siempre aparecen los montos totales. No sabíamos, algo obvio, en el segundo año nos aumentan un poco más de un 20%. Cuando veo los totales por 24 meses de alquiler me agarro una angustia, un nudo en la garganta, en la panza una patada. Estoy por cumplir 14 años de inquilina, al igual que con la maternidad, esto me frustra... Siento, infundadamente, que hice algo mal para no tener ya mi casa propia. De donde viene este patrón? Se que es una pavada pensarlo de tal modo, pero me siento horrible. 

Angustia. Como con todo lo de maternidad, que estas entusiasma y de repente una visitas al médico o al laboratorio a hacerse estudios, y tan solo pasar por ahí es suficiente para días y días de llanto y angustia. Las emociones son libres de comportamiento. Siempre me sucede con los nuevos contratos y cuando pago cada mes el alquiler (es decir, los últimos 14 años) que me siento muy mal de esta especie de dependencia. Claramente es un intercambio: dinero por vivienda, pero vamos, ya quiero poder tener mi casa. Se que la mayoría de la gente de mi generación, solo pudo acceder a eso con alguna ayuda externa.

Aún cuando parecía la mejor opción este departamento al mudarme de ciudad, se que lo mejor ahora mismo es dejarlo con todo lo que implica. Este nuevo alquiler, el del contrato, es una casita, es un lindo y buen hogar para nosotros y para lo que se viene. Pero igual me aterra ver esos números en el contrato. Me aterra moverme de Ciudad confiando en prosperidad y que la adversidad se imponga de esta manera, aún cuando nos enseña tanto. Me frustra ir a un alquiler donde pagaré lo mismo que en la gran ciudad. La diferencia es que los impuestos acá los paga el propietario. 

Triángulo de frustración, las tres patas: vivienda, embarazo, profesión. Todo tiene que ver con todo. Y yo quiero confiar. A pesar de mi llanto y angustia hoy. TIERRA, todo se tratar de tierra a fin de cuentas, tierra astrológica, tierra real, tierra fértil. 
Tierra donde vivir. 
Tierra donde sembrar una vida en mi vientre. 
Tierra es lo concreto que uno genera a cambio de dinero. 
Hoy hago solo agua en las tres.

lunes, 14 de julio de 2014

Procrastinacion

En mi cabeza armo el plan pero luego no defino cuando ejecutarlo. Si realmente compartiera todo lo que cruza mi cabeza, quizás me ayudarían o quizás me internarían o quizás, quizás, quizás.... Nada por que lo guardo.
Recién le pude decir a una amiga el miedo que tengo a no poder ser mamá, y lo que me cuesta verlo, aceptarlo y mencionarlo, no me considero negadora es algo con este tema puntual. Ella lo sabe perfectamente, pero me ayuda a que pueda decirlo para que el miedo no siga frenandome. El miedo paraliza y si hay algo que tengo que evitar es quedarme sin hacer nada pensando, es tiempo de acción extrema. La procrastinacion no es más que miedo. Lamentablemente esto se repite en distintos aspectos de mi vida, aunque últimamente a todo lo que me ocurre le encuentre el lado b, de que todo en mi vida pareciera que tiene que ver con la frustración de ser mamá, deseo que tuve siempre, que idealicé por años, y que ahora que por primera vez lo tomo y encaro. Zas! Mi cuerpo parece no estar del todo preparado para embarazarse. Justo ahora que al fin podría formar mi familia, con un compañero, con un anhelo compartido. Pero si yo me ocupe de cuidarme, me opere cuando tuve que operarme, me hice las cientos de ecografías, tome una cosa, la otra, me fuia ver a un naturista, empecé el yoga. Pero si la semillita ingresa, y el óvulo viaja y entonces lo fecunda, y el ciclo de 28 días, y en el día 14 bla bla bla. Miedo. Procrastinación. Fui a un médico, y a otro y a un tercero. No quede en nada con ninguno. El primero me hablo de inseminación, el segundo de in vitro y el tercero de ovodonación. Todos hablaron de valores nunca vistos de algunas hormonas. Otra que la endometriosis, que no se sabe, que son valores, que todo puede ser. Y luego fui a otros médicos de otras especialidades y hablan de cuidado con quien te haces ver para estos temas, y seguro te quedas embarazada con todo lo que hay hoy. Pero igual el miedo lo tengo y el dolor de ver mis análisis y la cara de los que saben también lo tengo. Y voy de acá para allá con los estudios y análisis, pero no tengo plan de acción. Entonces al menos me compre las tiritas esas (evaplan) para ver mis días fértiles, procrastinación, sólo resistí hacerme dos pruebas, las otras tres quedaron guardadas, con las vitaminas, con el ácido fólico y con todas las órdenes de remedios, inyecciones, plan de ecografías y análisis. Y tengo días que confió y pienso con la mayor benevolencia y fe del universo y tengo otros que no veo mucho sentido a nada porque siempre lo que le dio sentido un poco a todo era la ilusión de que un día al fin sería mamá. Cada historia de amor, cada chequeó del año, cada dolor de ovarios, cada desmayo, cada operación, cada una de las pastillitas, todo tenía un sentido que ahora falla. Igual que fallan mis ovarios. Ese es el dolor y la angustia. Ese es mi lado de procrastinar que me frustra, me carcome, me hiere.
Pero del otro lado, hay un ramo, un puñado, una vía láctea, una millonada de ilusiones, de confianza, de esperanza, de deseo. Es simple, me agarro de pequeñeces gigantes y creo en ellas, aún sabiendo que puede fallar, pero a veces, logro detenerme de ese lado. 
Son matices, hay mierda, hay milagros. Sólo se trata de atravesarlo y dejar de procrastinar. 
Hoy elijo los milagros, Agni me ayuda con eso, algún día escribiré acerca de él. 












sábado, 12 de julio de 2014

Polarizado

Se cae una posibilidad de trabajo profesional que era todo un desafío nuevo e interesante y que me tenía muy motivada e ilusionada. De inmediato lo primero que siento y pienso es con profundidad el alivio de proyectar trabajar independiente otra vez. Algo que aún siendo complicado me genera libertad, y la libertad me gusta mucho, o más bien su opuesto me sofoca y daña. 
Corté la llamada con el aviso "les encantaste pero decidieron desde gerencia bajar la orden de que por ahora no pueden tomar a nadie más" con el convencimiento de que es bueno saber que este "no trabajo" me habilitaba a la posibilidad de generar cosas que realmente quiero generar de otro tipos de trabajos autosustentables, autodidactas. Esta no posibilidad es la si posibilidad de otras cosas, lo sé. 
Al ratito un desgano casi químico me desvaneció. Solo tenía fuerzas para arrastrarme a la cama. No era dolor del todo pero si era una languidez de ánimo, inexistencia de voluntad repentina, aunque me venía sintiendo muy cansada. Por un rato se me desdibujó el límite entre si estaba enferma, o si la noticia del no trabajo tendría su post efecto, o si mi agotamiento físico hormonal era más intenso de lo que creía y lo había vuelto a subestimar. 
Correspondí a mi cansancio y a la tarde me metí en la cama a ver mi serie favorita del momento. Llevo 10 capítulos atrasada cuanto poco y me regale ese rato de fiaca. Miré el capitulo en donde inesperadamente para mi se trata de la pérdida de un embarazo, y de repente se dibujo ahí todos mis síntomas. Era también mi primer día de menstruación y cuando uno busca un embarazo, que llegue la menstruación es un poco perder el embarazo, su chance, esa chance, ese ciclo y cualquier tema relacionado al embarazo te toca. 
No sé bien como pero lo profesional y la maternidad están polarizados. Quizás sea que guardo en cajones equivocados o acertados pero en más de uno frustraciones y entonces se tocan se mezclan sus colores. Lloraba la actriz, describiendo con precisión ese sentimiento, ese dolor y lloraba yo y fue ahí que se pintaron de colores los dibujos de mi estado, como en una paleta de colores frustración, angustia, tristeza, trabajo, profesión, dinero, maternidad, ovarios. No hay colores definidos, hay paletas absolutamente mezcladas. En marrones, porque al mezclarse tanto color por más bellos que sean en lo individual solo llegamos al marrón, al marrón chocolate de la endometriosis.
Hay miedo. Por eso hay frenos. Me quedo a mitad de camino del temor en terminar de confirmar que mis ovarios realmente no funcionen. Voy a un médico, a otro médico, a otro médico, pero no termino de saber como resolver, llego al borde. Solo al borde. Un buen trabajo profesional y demandante sería un buen pretexto para no ocuparme de confirmar si es que realmente mi cuerpo es capaz de generar un óvulo. Quizás este ahí la respuesta de lo que hay oculto en la frustración, y su polarizado.