sábado, 5 de diciembre de 2015

¿Y ahora qué?


Pase el cumpleaños. Sobreviví la tristeza. Sobreviví el silencio de bajar la cabeza frente a todo lo que me presiona y me jode. Sobreviví ver gente, sobreviví reuniones sociales, sobreviví unos 100km en la ruta (hace un tiempo me dio por tener pánico en los viajes en ruta). Sobreviví a festejos de actos escolares, de muestras universitarias, sobreviví a las horas extras y al trabajo extra en todos mis trabajos. Y sobrevivo cada día que la tristeza asoma, me corro de ella como puedo. Entre tanta supervivencia persiste el zigzag vertiginoso de la vida con Sattva, con su puñado de hermosura y su campo de disgustos. A veces quiero mandar todo a la puta que lo parió y sacarme un pasajes lejos. Y en esa decisión liberar este dolor de la maternidad. Pero me escaparía.
En lugar de escapar llame a mi prepaga y me confirman que desde diciembre estoy autorizada a un nuevo tratamiento. Digerí la noticia, sin alegría, sin expectativa, solo con prudencia y con deseo de convicción y tener ganas de hacerlo otra vez, pero aún el dolor es más fuerte que la esperanza. A los dos días llame también a la clínica de fertilidad de mi prepaga para pedir turno y volver a empezar. El Dr. Moño dejó de trabajar allí. ¿Y ahora qué?

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