sábado, 5 de diciembre de 2015

Pase el cumpleaños


Sattva tiene una inestabilidad laboral que ya me es incomprensible e insoportable, carga sobre mis espaldas la economía y el seguir laburando más y más. Y también carga sobre mi su malhumor al respecto. Sattva tiene un carácter difícil y yo otro tanto. Él es parco, y no te larga una palabra de amor ni que le ruegues. Yo soy tipo Heidi de abrazar, mimar y decirlo todo repetidas veces y preguntarlo todo y le doy a la palabra una entidad absoluta.
Entre sus días de cascarrabias y frialdad me brindo la mayor cantidad de sorpresas, cariños y mimos que pudo en mi cumpleaños. Me costo aflojar pero disfrute algo. El disfrutar tan poco me hizo notar la incapacidad de disfrutar que estoy teniendo, y de reír ni hablar. Me apunto tarea para el verano.

Me llevo al mar de sorpresa en la noche estrellada, tenía escondido todo en el baúl del coche. Me dio un regalo, un pastel de frutos secos con una velita, un vino y hasta llevo copas. Aunque casi no tolero tomar alcohol, ese regalo fue porque un médico me prescribió de cuando en cuando tomar un malbec frente al mar para disfrutar la vida. Y Sattva se lo apunto.

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