sábado, 12 de julio de 2014

Polarizado

Se cae una posibilidad de trabajo profesional que era todo un desafío nuevo e interesante y que me tenía muy motivada e ilusionada. De inmediato lo primero que siento y pienso es con profundidad el alivio de proyectar trabajar independiente otra vez. Algo que aún siendo complicado me genera libertad, y la libertad me gusta mucho, o más bien su opuesto me sofoca y daña. 
Corté la llamada con el aviso "les encantaste pero decidieron desde gerencia bajar la orden de que por ahora no pueden tomar a nadie más" con el convencimiento de que es bueno saber que este "no trabajo" me habilitaba a la posibilidad de generar cosas que realmente quiero generar de otro tipos de trabajos autosustentables, autodidactas. Esta no posibilidad es la si posibilidad de otras cosas, lo sé. 
Al ratito un desgano casi químico me desvaneció. Solo tenía fuerzas para arrastrarme a la cama. No era dolor del todo pero si era una languidez de ánimo, inexistencia de voluntad repentina, aunque me venía sintiendo muy cansada. Por un rato se me desdibujó el límite entre si estaba enferma, o si la noticia del no trabajo tendría su post efecto, o si mi agotamiento físico hormonal era más intenso de lo que creía y lo había vuelto a subestimar. 
Correspondí a mi cansancio y a la tarde me metí en la cama a ver mi serie favorita del momento. Llevo 10 capítulos atrasada cuanto poco y me regale ese rato de fiaca. Miré el capitulo en donde inesperadamente para mi se trata de la pérdida de un embarazo, y de repente se dibujo ahí todos mis síntomas. Era también mi primer día de menstruación y cuando uno busca un embarazo, que llegue la menstruación es un poco perder el embarazo, su chance, esa chance, ese ciclo y cualquier tema relacionado al embarazo te toca. 
No sé bien como pero lo profesional y la maternidad están polarizados. Quizás sea que guardo en cajones equivocados o acertados pero en más de uno frustraciones y entonces se tocan se mezclan sus colores. Lloraba la actriz, describiendo con precisión ese sentimiento, ese dolor y lloraba yo y fue ahí que se pintaron de colores los dibujos de mi estado, como en una paleta de colores frustración, angustia, tristeza, trabajo, profesión, dinero, maternidad, ovarios. No hay colores definidos, hay paletas absolutamente mezcladas. En marrones, porque al mezclarse tanto color por más bellos que sean en lo individual solo llegamos al marrón, al marrón chocolate de la endometriosis.
Hay miedo. Por eso hay frenos. Me quedo a mitad de camino del temor en terminar de confirmar que mis ovarios realmente no funcionen. Voy a un médico, a otro médico, a otro médico, pero no termino de saber como resolver, llego al borde. Solo al borde. Un buen trabajo profesional y demandante sería un buen pretexto para no ocuparme de confirmar si es que realmente mi cuerpo es capaz de generar un óvulo. Quizás este ahí la respuesta de lo que hay oculto en la frustración, y su polarizado.

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