miércoles, 1 de junio de 2016

Sin fin

A veces si no escribo me pierdo.
A veces si escribo me pierdo.
A veces solo escribo totalmente perdida.
Otras veces me pierdo escribiendo por todos lados inconclusamente.
Otras veces me refugio en no escribir, otras solo en hacerlo pero no compartirlo, y en el medio de mis senderos de ir medio perdida vuelvo a este lugar como un refugio. Como hoy.
Mis ganas una vez más son de deshacerlo todo y volver al principio.
Pero... ¿Al principio de qué? ¿Cuál es el principio? ¿De qué principio de que cosa de tantas cosas?
Quizás el detonante sean los ciclos irregulares.
Quizás sean los ciclos irregulares cuándo estoy poniendo tanto empeño en mi vida saludable.
Quizás sean los ciclos irregulares con tanta presión y compromiso laboral, más mi presión de vida sana o más sana. Quizás el detonante sea querer de una puta vez compartir el recorrido por todo lo pasado cuando una vez más me siento sin brújula. Quizás es mi intermitencia latente del todo y la nada, del combo:
tiempo, descanso, 20 médicos, 50 estudios, 5 medicamentos, yoga, dieta, ejercicio, meditación, descanso, 10 libros de auto-ayuda, 30 tips budistas, largas vacaciones.
Al otro combo: 4 trabajos diferentes, más 40 horas en aula semanales, no descanso, no tiempo, no lectura, no existo, 7 planificaciones semanales, socias, 5 jefes distintos, 8 grupos de alumnos distintos.
Ahh no no no el principio es mi primer menstruación a los 13, ya con dolor.
Ahhh no no no no, no NO, el principio es la endometriosis a los 22.
¿O las operaciones? ¿Los médicos con sus protocolos, medicamentos y comentarios DI VI NOS? ¿Empezar a buscar embarazo a los 35?
Ahhh ya sé, es la visita al primer médico de fertilidad. Al segundo, al tercero... ¿A cuántos es que fui ya? ¿Es la prepaga, su autorización eterna y ridícula, la puta medicación? ¿Son los que no entiende? No, el principio son todos lo que si entienden y están incondicionales.
El principio de todo es lo alternativo de los últimos meses, los kilos que baje, las otra colección de hormonas que también dan mal. ¿Y el principio, para qué y de qué?
El principio. El fin.
El mientras tanto.
¿?

2 comentarios:

  1. Te abrazo fuerte, amiga. No hay comienzo, no hay fin... son espirales. Nunca se pasa por el mismo lugar. A eso se llama crecimiento. Te adoro.

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    1. Tu abrazo llega a mis huesos. Ayer le hable de la vida en espiral a mis alumnos en otro contexto, boomerang. Tenés toda la razón, solo se trata de crecer en este camino. Te adoro. Tu abrazo llega a todas mis células.

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